jueves, 5 de mayo de 2016

Las manos tibias de Aretha Franklin

La piel eterna sobre perennes hojas otoñales...


En el medio, una garuga. Donde el agua vuelve a reposar en cada lágrima, en cada suspiro.


Suspiro de pesares y amores

La esperanza de cambiar, con perfumes de tango y soul

Y vos dubitativa, extrañando los abrazos del alma, con las manos tibias de un encuentro cercano.

En el horizonte se visualiza una meta. Pero si supieras que tan rápido correr, tu busqueda se detendría. Si pensaras por cuanto tiempo, tendrías frio.

 Y vos sola, con tu aliento que defiende próximos posibles.

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