Tomenta Masekela

Las tristes estabilidades nos mantienen con vida.

No aclaran, sino que complican.

Y en ese lago ventoso, nos dejamos llevar por los rayos y tormentas.

Podemos abstenernos de todo menos de intervenir.

Porque los maestros no deben darse el lujo de ser viejos.

Imaginemos con Marco Sanguinetti

Cuando vuelen las aguas.

Cuando mojen los vientos
tendremos tiempos para dialogar

Pensar que pensamos.

Sentir que sentimos.

Nos encontramos una y otra vez porque queremos, lo necesitamos.

Pero las ventanas, son ese espacio en el que las brisas mojan y refrescan. Donde nos encontramos. Donde imaginamos.

Un comienzo solo eramos sonidos

En un comienzo solo los aires generaban los sonidos

.

Espantados de la rutina, los dioses crearon a los humanos para que sus delirios generen música.

La música siempre fue cambiando, pero las personas también.

Y el poder logro hacer eslabones ficticios, de donde algunos pocos pudiesen mirar a la multitud que quedaba por debajo.

Pero todos, absolutamente todos, volvemos donde fuimos felices, donde comenzamos a contar.

 Es por esta razón, que los oprimidos generaron las más lindas melodías, con aroma a marginalidad, a traición, a historia con gritos y silencios.