Y mientras tanto un salto
que no cae, infusionando la vida de un alucinado misterio, donde el encantado soñador se
transformó en realidad. Culminado de glorias, de epopeyas.
Una siesta que pretende un
sincopado insaciable.Permutando de esta manera la
frontera de lo inesperado.
Él, sin saberlo nos
transformó literalmente, sin ni siquiera pedir permiso.
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