Siendo el poblador de una dimensión desconocida, traficaste
sombras sacándole los impuestos al amor.
Con la paciencia de lo inefable, alteraste los sentidos
En el laberinto de los deseos sus brújulas se equivocan. Porque Los aires susurran nuevos encuentros,
y las miradas se solapan, entre manos temblorosas.
Aún así las cuerdas suenan siempre en una misma tonalidad
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