viernes, 1 de abril de 2016

Una voz, Sarah Vaughan

La voz nace del grito de mil antepasados en nuestras gargantas

La voz muere cuando la última oreja deja de escucharla, de imaginársela.

Pero cuando una voz canta, los tiempos no se miden, no se es ni lento ni rápido, simplemente es. 
O mejor son  mil expresiones expresándose.

Con la calidad suficiente para guiar en las noches a los sonámbulos.


Una voz que besa al alma. Un canto que mueve los mares.




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