martes, 20 de octubre de 2015

Un verano junto a Billie Holiday

Lloraste, gritaste
Y nadie te escuchaba


Tuviste que cantar para que el invierno fuera verano
Y que la cruda escarcha de la mañana se derritiera bajo tus pies


Nunca te creíste mucho
Pero fuiste todo


Solo una sonrisa tuya conquistabas a los más exquisitos
Hacías llorar a los ciegos y  sanaba a los enfermos


Pero como buena doctora, de la única persona que no cuidaste fue de vos misma
Y vagabundeaste por las calles buscando amor y cariño, sabiendo que allí sólo encontrarías odio y rencor

Porque para el dolor del alma no hay medicamentos solo esperanzas

Es hora de caminar las calles de Billie Holiday





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