Que Hermosura.
En el
pequeño solipsismo que nos caracteriza hay algo que conmueve, te hace temblar.
Un soplido,
una respiración.
Una curva
sin deseos, pero lleno de incumplimientos.
Hemos
alcanzado el punto máximo de vernos a los ojos.
Ahora queda
escucharte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario