El tiempo, creemos solo esta marcado por las agujas del reloj. Pero siendo que los encuentros marcan la efímera eternidad. Se me hace pensamiento que el reloj solo segundea un tiempo que estaba destinado a perderse.
Incluso las miradas, destierran la razón y nos dejan llevar por las verdaderas nacionalidades del corazón. Hace pregunta que se cuestione el paso del en el amor que genera la amistad. La juzgo tan eterna como el aire y el viento.
El agua retoma su curso y todo termina donde empezó.
La fuente clara y distendida mantiene su fuerza en la
tranquilidad, pero como si lo que pasara alrededor le fuera totalmente ajeno,
la distancia recobra valor en el viento puelche del misterio.
Hay algunos que creen en su mirada, como atestiguadara de
fracasos sin retumbo, otros dicen que la mentira abre su camino en la espesa
jungla.
Pero la verdad, la verdad verdadera, parece mantenerse en
ese sin sentido del espacio tiempo, donde el contacto es obligatorio, donde el
encuentro se posibilita.
Ojala exista un día en que las voces te escuchen y
entonen tu canción en el viejo pino del olvido.
Pero mientras tanto habrá que
mantener fuerte la esperanza de un roce sin quemaduras, de una tensión sin pretensión,
de tu mirada en el silencio (espeso de lagos).