Te cansaste de enfrentar los miedos.
Dejaron de ser enemigos.
Punteaste con tus dedos la armonía de la amistad.
Asique, ahí están los que siempre te enfrentaste, ahora
son abrazos, ahora son besos.
Generalmente el miedo se viste de hermosura.
Pero vos aprendiste, a ver sin mirar.
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